Células madre embrionaria en fase de mácula: ¿el fin de la polémica?

DR. JUSTO AZNAR LUCEA

JEFE DEL DEPARTAMENTO DE BIOPATOLOGIA CLINICA

HOSPITAL UNIVERSITARIO LA FE. VALENCIA

(Revista Médica nº 47, Diciembre 2004)

 

Acaba de ver la luz un interesante artículo firmado por Strelchenko y colaboradores, del Instituto de Genética Reproductiva de Chicago, publicado en la versión electrónica de Reproductive Biomedicine Online 2004 (htp://www.rbmonline.com/Article) y que será publicado en el número 6 del próximo mes de diciembre, en el que se demuestra la posibilidad de obtener células madre embrionarias humanas a partir de embriones de cuatro días, es decir en fase de mórula.

 

 Estos embriones tienen dos días menos de vida que los blastocistos hasta ahora utilizados. En este trabajo se describe una técnica original que, por primera vez, ha permitido desarrollar 8 líneas celulares a partir de 46 embriones humanos, de las que se han podido obtener células madre humanas embrionarias.

 

Las células conseguidas no mostraban diferencias morfológicas con las células madre humanas embrionarias obtenidas a partir de blastocistos. Además estas células expresan algunos marcadores específicos de las células embrionarias, como pueden ser el Oct-4 y el TRA-2-39, así como los antígenos SSEA-3 y SSEA-4, y las glicoproteínas de alto peso molecular TRA-1-60 y TRA-1-81. Igualmente muestran actividad fosfatasa alcalina. Es decir, parece que son verdaderas células madre embrionarias.

 

Otra característica importante de dichas células es que se han obtenido en cultivos libres de componentes animales, lo que evita la contaminación de las líneas celulares creadas y por tanto la posibilidad de poder aplicarlas sin riesgos en un futuro al trasplante celular a humanos.

 

Finalmente el último aspecto, pero no por eso menos importante de las experiencias aquí comentadas, es que las células embrionarias humanas obtenidas de este novedoso modo se pueden diferenciar espontáneamente in vitro en células nerviosas o cardiomiocitos con actividad contráctil. Es decir, a partir de ellas se pueden obtener células de diversos tejidos, lo que las hace especialmente útiles para ser usados en terapia celular.

 

Estos hallazgos pueden tener extraordinaria importancia, tanto biológica como ética, pues podrían dar fin a la viva polémica, existente acerca del uso de las células madre embrionarias humanas, para fines experimentales biomédicos, pues la principal dificultad de estas prácticas estriba en que actualmente, para obtener las células embrionarias humanas, hay que destruir a los blastocistos que las donan, pero con la técnica propuesta por Strelchenko y colaboradores, no es necesario destruir al embrión humano del que se obtienen dichas células, ya que después de extraerle la célula embrionaria correspondiente, podría implantarse en su madre biológica para cumplir la finalidad reproductiva para la que el embrión fue creado.

 

Sin embargo, conviene realizar una reflexión adicional. Como bien se sabe, para que las células embrionarias humanas puedan usarse para terapia celular, es decir, con fines curativos, es imprescindible clonar un embrión humano a partir del material genético del paciente al que se le quiere practicar el trasplante celular. Esto, hasta el momento, no se ha realizado, pues solamente se han clonado embriones humanos por un equipo de Corea del Sur, y éstos no fueron utilizados para la obtención de células madre. Es decir, esta nueva técnica propuesta no va a permitir usar células madre embrionarias con fines curativos, pero sí experimentales, y sin duda es una muy buena noticia que tales experiencias puedan desarrollarse sin tener que eliminar seres humanos embrionarios.